miércoles, 19 de octubre de 2016

Vestimenta de Nuevo Leon
“los trajes que emanen dignamente especificados e investigados sus elementos, serán “típicos” no “regionales” y solo habrá un traje regional (que ya especificaré) de Nuevo León, por decreto gubernamental.”
El “decreto gubernamental” que menciona no ha sido encontrado, y antes de especificar lo que él considera el “traje regional” de Nuevo León, nos entrega “antecedentes acerca del traje típico de la Región Centro de Nuevo León”.
Para establecer una indumentaria típica —argumenta el investigador— debe conocerse el pasado remoto de la región, el cual en el caso de Nuevo León se encuentra totalmente perdido, y donde es casi nula la información acerca de las tribu nómadas y su mestizaje.
Circunscrito a la época española, esporádicas incursiones de rapiña de los indios apaches, unidas a enormes dificultades climáticas y medioambientales, modelaron el carácter fuerte de los colonizadores hacendados, por igual en hombres y mujeres.
Así se configuraron —afirma el profesor Andrade— como ahorrativos, prácticos, luchadores, previsores, valientes y cómo vivían en lugares poco feraces, eran también esforzados y tenaces trabajadores.
Esto se reflejó en su indumentaria. Los vestidos, blusas y faldas de las mujeres, así como los pantalones y camisas de los hombres, tenían que ser de telas prácticas, baratas, pero fuertes y resistentes y de colores serios, que resistieran el arduo trabajo, el polvo y la tierra.
Como se hacía poco bordado y algo de hilado, blusas y faldas llevaban solo encaje de bolillo, y fueron comunes en la vestimenta el alforzado, el fruncido y el abullonado.

Por otro lado, productos de vestuario traídos desde la vieja Europa fueron marcando la tendencia en el vestir dándole ciertas características propias.